domingo, 25 de enero de 2009

Peter Jackson,adaptando a Tolkien - 1ª parte


“Estoy absolutamente en contra de la adaptación a la pantalla de grandes novelas, sobre todo de las que me han gustado especialmente. Esta es la razón por la cual, cuando estoy buscando un tema y abordo una novela, no quiero considerar más que obras que, literalmente, no estén demasiado logradas"; "[...]Hay pocos buenos libros, y los buenos son difíciles de adaptar sin echarlos a perder. Por lo tanto, encontrar una buena historia que dé como resultado un buen film, es realmente un milagro. Cuando se produce este milagro, hago un film.”
Stanley Kubrick hablaba de este modo acerca de las adaptaciones cinematográficas al periodista Raymond Haine, en una entrevista concedida para Cahiers du Cinema, en julio del 57, y a Michèle Halberstadt para Première en octubre del 87. Estas reflexiones personales del director Stanley Kubrick nos recuerda la gran cantidad de catastróficas y endebles adaptaciones al celuloide que la industria cinematográfica ha llevado a cabo durante años. ¿Es posible realmente plasmar y transcribir fielmente el espíritu de una “gran novela”? Generalmente las obras encuadradas en la categoría de literatura seria resultan demasiado extensas o complejas como para poder ser transcritas en su totalidad a un medio temporalmente limitado. Porque en verdad hay excelentes películas que son fruto de la adaptación de novelas consideradas menores, incluso mediocres. Pero a nadie le importa si una novela mediocre tiene una adaptación mediocre, con la salvedad del propio escritor. El peligro sin embargo está en adaptar novelas de gran calado, que no pueden evitar la comparación. No ser capaz de discernir lo esencial en la novela, perdiendo de vista la intención principal del escritor original, puede echar al traste la bienintencionada tarea del más esforzado de los directores. Las imprecisiones pueden llegar a enmarañar la trama con acciones secundarias que poco aporten a la historia que realmente nos importa. Eso en el caso de que el guionista sepa cuál es la verdadera esencia que da vida a la novela. Está claro que para que “obre el milagro” lo que se quiere narrar y el modo en que se quiere narrar deben ir de la mano en perfecta conjunción. Esto mismo es aplicable a cualquier clase de narración sea el medio que sea.
Al respecto sólo me interesa ahora opinar acerca de la titánica labor del director neozelandés Peter Jackson adaptando la épica literaria de J.R.R. Tolkien El Señor de los Anillos. Como curiosidad anotaré que a Stanley Kubrick le fue ofrecida la dirección de la adaptación cinematográfica de la obra cuando ésta iba a ser protagonizada por los Beatles en el año 67, pero éste rechazó la oportunidad de cargar con el proyecto, y no porque considerara que El Señor de los Anillos fuera una gran novela, sino porque simple y llanamente no se había leído el libro, y además en aquellos momentos se hallaba inmerso en el frustrado proyecto sobre la vida de Napoleón. Pero, ¿es realmente El Señor de los Anillos una “gran novela”? Si lo es, ¿ha sido la adaptación cinematográfica de Peter Jackson realmente fiel al original? ¿Se obró “el milagro” del que habla Kubrick?
Tolkien habla en una carta de junio del 68 dirigida a Forrest J. Ackerman del tratamiento cinematográfico de El Señor de los Anillos, cuando se estaba barajando la posibilidad de una adaptación cinematográfica : “Los cánones del arte narrativo en cualquier medio no pueden ser del todo diferentes; y el fracaso de las malas películas consiste a menudo precisamente en la exageración y en la intromisión de material impropio, que son consecuencia de no percibir dónde se encuentra el meollo del original […] El Señor de los Anillos no puede ser manoseado de ese modo.” En opinión de quien firma esto, en conjunto la adaptación de El Señor de los Anillos no ha sido completamente fiel al original, aunque se nos haya repetido hasta la saciedad lo contrario, e incluso ha sido del todo desafortunada en repetidas ocasiones. Peter Jackson rodó tres películas para poder contarnos la historia, con todo la primera de las tres podría decirse que ha sido la más fiel, y en mi opinión la mejor. La Comunidad del Anillo es una gran película a pesar de todo. Sin embargo El Señor de los Anillos es una novela limítrofe cuya lectura da pie a muy distintas percepciones, y que responden a la sensibilidad del lector, de modo que ésta se pueda disfrutar a diferentes niveles, de mayor a menor profundidad; yo diría que una lectura superficial encuadraría a la novela dentro de la llamada “literatura poco seria”, y así es como la enfocó Peter Jackson.

1 comentario:

Ayo dijo...

Me ha interesado mucho tu comentario, pero no estoy de acuerdo con la crítica que le haces a Peter jackson en su triología.

Parece que te has informado mucho sobre el tema de las adaptaciones, sin embargo, pareces no saber que hay muchos tipos de adaptaciones y que meta escenas nuevas, que no salen en el libro, para realzar algo que crea conveniente no quiere decir que ya sea mala adaptación.

Debes tener en cuenta que el cine tiene un discurso narrativo muy distinto al que tiene una obra literaria, se ayuda de imagenes, pero no puede expresar las reflexiones internas de los personajes tan abiertamente como un libro.

A mi personalmente me parece que no se debe comparar la obra filmica con la obra a la que adapta, son totalmente distintas.