jueves, 26 de febrero de 2009

El luchador


A Darren Aranofsky le llovieron guantazos de indiferencia por todos lados cuando intentó contarnos la extraña e intimista historia de Tommy e Izzi a través del tiempo en The Fountain. Las distribuidoras no creyeron que la película fuera a tener una buena acogida dada la extraña idiosincrasia de la misma, el público mayoritario al que debía enfrentarse mira por lo general hacia el lado opuesto a la del director, y apenas pasó de puntillas por los cines. Aquel desertar voluntario de las premisas del cine occidental nos llevó a algunos a preguntarnos por qué debíamos acceder los demás a confiar en ese corpus prolongado de situaciones hijas del artificio más descarado. Cuando uno contempla la acción a través de la visión corregida del director debe estar en comunión con la idea que sostiene la misma narración, de lo contrario ocurre lo que ocurre. El mensaje no caló entre muchos. Yo fui uno de esos que consideraron The Fountain una excelente película, y también una incomprendida y bellísima obra de arte. Aranofsky con The Wrestler sigue caminando por los derroteros del underground y el cinéma verité, aunque menos que antes. De extensos silencios, al igual que en la predecesora, aunque bastante convencional cuando no miramos cara a cara al sobresaliente tratamiento del diseño escénico. Viendo El luchador, título que la película ha recibido aquí, me pasó lo mismo que con The Fountain, uno llega a sentir que la transmisión fílmica del director norteamericano caminara por los derroteros de la obra dramática, y que sin embargo consiguiera al mismo tiempo no alejarnos de las emociones de los personajes, como sí sucede en cambio en el teatro. El ojo de la cámara, allí desde donde mira Aranofsky, nos demuestra lo ambiguo que resulta la separación radical de uno y otro arte. El cine no debería ser entendido como un mero receptáculo de artes, un medio que se distancia del arte teatral como fin en sí mismo. Esta clase de cine nos sacude de la rutina a la que conducen los cánones del cine mismo, y sobre todo la televisión. La naturalidad del director fluye en conjunción perfecta con la artificiosidad. En El luchador, la cámara en mano sigue a los personajes por los pasillos, bien sea de los gimnasios, donde descansan los inflados guerreros que combaten en el cruento y teatral circo de la lucha libre, o en los pasillos del mercado por donde se “pasea” el héroe protagonista, Randy Robinson (“The Ram”). Con Aranofsky los espacios libres apenas tienen cabida en los encuadres, que nunca chirrían a la atenta observación del espectador, y que subordinan el fondo a favor del protagonista principal, un camafeo visual en el que sólo tiene cabida Randy, su rostro, su expresión, su dolor, y que obliga al resucitado Rourke a dar lo mejor de sí. Esta boga de reinventar a los actores venidos a menos resulta cuando no bastante oportunista por parte de la industria, porque siempre pensé que Mickey Rourke era un gran actor, y no creo que The Wrestler sea lo mejor. Darren Aranofsky carece del pensamiento preceptivo en la concepción de la obra cinematográfica que parece caracterizar a tantos dentro del mundo cinéfilo, directores, productores, o aquellos que realmente creen tener la capacidad de descuajeringar películas a través de sus críticas. Sus obras son puro sentimiento y con esta historia, la de un luchador profesional venido a menos nos llega al alma, nos emociona, y no consigue aburrirnos en ningún momento.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Viernes 13 (2009)


La saga de Viernes 13 nunca ha disfrutado del afecto de la crítica e incluso de un sector importante de los seguidores del terror y el fantástico. Mientras películas como La Matanza de Texas o La Noche de Halloween son consideradas clásicos indiscutibles del género de terror, a Viernes 13 se le consideró ya desde un principio como un mero producto para explotar el éxito de anteriores películas. Sin duda, de no haber sido por sus continuaciones y la posterior aparición del personaje de Jason, esa primera Viernes 13 hubiera quedado rápidamente relegada al olvido. Pero no fue así. La incorporación de esa mastodóntica máquina de matar que es Jason Voorhees le dio alas a la franquicia, que pasó a convertirse en la saga fílmica de terror con mayor número de entregas gracias al apoyo incondicional de los seguidores del legendario asesino. Ahora, pasados casi 30 años desde esa primera visita a Crystal Lake, los productores han decidido que era el mejor momento para volver a empezar la historia de nuevo. Podríamos hablar horas y horas sobre el concepto del remake, pero no es éste el lugar ni el momento adecuado. Además, y en contra de lo que nos sugiere el mismo título, no nos encontramos ante un remake propiamente dicho de la película Viernes 13 original, datada en 1980, sino que lo que nos presenta esta nueva revisión es un batiburrillo de situaciones y detalles escogidos principalmente de entre las tres primeras entregas de la saga original.

Entrando ya de lleno en el tema, ¿Es Viernes 13 (2009) una buena película? No, no lo es. Casi me atrevería a decir que ni siquiera es una buena película de terror, a pesar de los más que acertados 20 primeros minutos de metraje. Al igual que pasó con la mayor parte de este tipo de interminables sagas, la de Viernes 13 no tardó en caer en la más absoluta mediocridad en cada una de las nuevas entregas, llegando a límites surrealistas en las últimas apariciones de Jason en pantalla, Jason X y Freddy vs Jason. Sin llegar a estos límites de mediocridad, el actual remake recupera las señas de identidad que definieron la saga durante toda la década de los 80 y prácticamente no las pasa por ningún filtro de actualidad más allá de situar la acción en nuestros tiempos. Así pues, nos encontramos con una cinta de terror slasher netamente clásica y ochentera en la que el número de víctimas supera la docena (en contraste con muchas slasher actuales en las que hay cuatro o cinco víctimas), la metodología asesina es ciertamente variada, aunque por supuesto prima el famoso machete, la sangre no salpica en exceso y no se abusa del elemento gore ni del sufrimiento de las víctimas (tan de boga últimamente a partir de la saga Saw), hay mucha tía buena mostrando sus cuerpazos en todo su esplendor a la espera de ser ensartadas por el arma de Jason, y hay personajes idiotas que no dudan ni por un momento en salir de la cabaña sabiendo que hay una máquina de matar ahí fuera. Aunque en este sentido la película es, en cierta forma, entrañable y sin ninguna duda divertida, no deja de ser, por otro lado, también decepcionante. Los trailers, posters y demás avances promocionales que nos habían llegado previamente al estreno nos hacían augurar que el regreso de Jason iba a transcurrir por unos derroteros mucho más oscuros que los presentes en la saga original, acercándose más a sagas menos desenfadadas como Halloween o La Matanza de Texas. Sin embargo, ese esperado lavado de cara sólo tiene lugar durante los ya mencionados primeros 20 minutos, sin duda lo mejor de toda la película, y que en realidad puede considerarse casi como un cortometraje independiente. En ese corto fragmento sí que predomina ese necesario toque oscuro y realmente terrorífico, y nos mantenemos en tensión en todo momento sabiendo que Jason va a aparecer en cualquier momento, de cualquier sombra. Y cuando lo hace, lo hace de forma imponente. Le vemos, y sabemos al instante que nadie puede sobrevivir a su presencia. Lamentablemente, a partir de la aparición del título tras esta prometedora secuencia inicial, la cinta cae en el terreno del terror desenfadado, plagada de situaciones inverosímiles, con personajes sin la más mínima personalidad y capaces sólo de articular diálogos absurdos. Por tanto, esta nueva entrega de Viernes 13 es sólo recomendable para todos los seguidores de la saga y del slasher socarrón en general, para todos aquellos que cansados de los derroteros que ha tomado en los últimos años el género terrorífico estuvieran esperando una vuelta a las raíces de un género que no hace tanto fue increíblemente popular, para aquellos que piensan que cuando uno va a ver una cinta de asesinos va a pasárselo bien y a divertirse viendo morir a descerebrados e hiperhormonados adolescentes.

Ficha IMDB

sábado, 21 de febrero de 2009

Estrenos 20/02/2009

La oferta cinematográfica de esta semana se presenta bien variada. Por un lado nos llega la última gran favorita de los Óscar: El Luchador. Mientras Push nos aporta la propuesta más fantástica, la israelí Vals con Bashir y la española Hoy no se fía, mañana sí nos acercan de lleno a nuestra realidad.

El luchador

Duración: 109 min
Género: Drama
País: Estados Unidos
Director: DARREN ARONOFSKY
Guionista: ROBERT D. SIEGEL
Intérpertes: MICKEY ROURKE, MARISA TOMEI, EVAN RACHEL WOOD

SINOPSIS: Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke) es un luchador profesional de wrestling, ya retirado que, tras haber sido una estrella en la década de los ochenta, trata de continuar su carrera en el circuito independiente, combatiendo en cuadriláteros de tercera categoría. Cuando se da cuenta de que los brutales golpes que ha recibido a lo largo de su carrera le empiezan a pasar factura, Randy decide poner un poco de orden en su vida; intenta acercarse a la hija que abandonó, Stephanie (Evan Rachel Wood), a la vez que trata de superar su soledad con el amor hacia Cassidy, una streaper (Marisa Tomei).

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Push

Duración: 109 min
Género: Ciencia Ficción
País: Estados Unidos
Director : PAUL MCGUIGAN
Guionista : DAVID BOURLA
Intérpretes: CAMILLA BELLE, CHRIS EVANS, DAKOTA FANNING

SINOPSIS: La División, una agencia gubernamental clandestina, tiene un oscuro fin: alterar genéticamente a personas normales para convertirlas en soldados con poderes psíquicos. Aquellos que no quieren participar o que están en contra, son eliminados. Nick Gant (Evans) lleva escondiéndose de la División desde que, siendo un niño, asesinaron a su padre. Nick ha heredado sus poderes telequinéticos. Oculto en Hong Kong se siente seguro, pero se verá forzado a salir de su escondite cuando se cruce en su camino Cassie (Fanning), una chica de 13 años que puede ver el futuro. Cassie le pide ayuda para encontrar a Kira (Belle), una joven que tiene la más poderosa de las habilidades psíquicas desarrollados por la División: puede implantar pensamientos en las mentes de los demás. Kira tiene la clave para acabar con la División, y Nick y Cassie tienen que encontrarla antes que ellos.

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Cadillac Records


Duración: 111 min
Género: Drama
País: Estados Unidos
Director: DARNELL MARTIN
Guionista: DARNELL MARTIN
Intérpretes: ADRIEN BRODY, JEFFREY WRIGHT, BEYONCE KNOWLES

SINOPSIS: Crónica del auge en los años cincuenta en Chicago de la casa de discos Chess Records, que en unos años turbulentos grabó discos de leyendas de la música negra como Muddy Waters, Leonard Chess, Little Walter & Howlin’ Wolf, Etta James y Chuck Berry.

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Vals con Bashir

Duración: 90 min
Género: Animación, drama
País: Israel, Francia y Alemania
Director: Ari Folman
Guionista: Ari Folman

SINOPSIS: Una noche en un bar, un viejo amigo cuenta al director Ari que tiene una pesadilla recurrente en la que le persiguen 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. Ari se sorprende ante el hecho de que no recuerde nada de ese periodo de su vida. Intrigado, decide ver y hablar con viejos amigos y antiguos compañeros dispersados por el mundo entero. Necesita saber la verdad acerca de ese periodo y de sí mismo.

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Hoy no se fía, Mañana sí

Duración: 125 min
Género: Drama
País: España
Director: Francisco Avizanda
Guionista: Francisco Avizanda
Intérpretes: Carolina Bona, Jesús Noguero,, Albert Prat

SINOPSIS: Gilda es una joven huérfana que intenta sobrevivir en el Madrid de 1953. Chivata de la policía y militante en una Hermandad ultra-católica, persigue sin éxito el carnet sindical de locutora de radio. Sin embargo, el suicidio de su tía republicana en la cárcel trastoca sus planes. La manipulación de esa muerte y el descubrimiento de una secreta actividad de la Hermandad, la empujan a intimar con Estanis, un psiquiatra opuesto a la dictadura.


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miércoles, 18 de febrero de 2009

Sex Drive


Sex Drive es una de esas centenares de comedias norteamericanas que una vez visto el tráiler parece que lo has visto todo. Y dentro de ese subgénero de comedia que tanto se puso de moda desde que se estrenó hace años la conocidísima American Pie, existen unas cuantas películas que de vez en cuando, ofrecen algo distinto. Y repito, “muy” de vez en cuando. No te engañaré, lector, ya que no pretendo decir con ello que Sex Drive sea una película con humor inteligente (bueno, depende de como se mire). Su fórmula secreta está compuesta de: Insultos, pechos, un disfraz de donut, sexo, pechos, penes, un hermano alocado, más pechos, amishes, tias buenas, situaciones desternillantes, un coche, un chico tímido, un chico salido y una chica guapa rebelde por fuera, tierna por dentro, que forman el trío protagonista. ¡Ah! Y un pizca más de pechos.
Ante todo y es un detalle importante (dentro de lo que cabe), ésta película por el momento es inédita en España y la versión de ésta crítica ha sido escrita basada en la edición “Unrated” (sin clasificación por edades). Antes de empezar la película hay una pequeña y cutre introducción por parte de los dos artífices de la historia (director y guionista) recomendando encarecidamente que primero se visione la versión “normal” y no la “Friki” porque ya advierten que entre una y otra hay grandes diferencias. ¡Y vaya si las hay! Pero vayamos por partes…
Sex Drive es para que se hagan una idea, es una mezcla entre American Pie por la temática del sexo y RoadTrip, por el estilo para narrar la historia. Ian (Josh Zuckerman) es un joven que a sus veinte y pico años todavía se siente avergonzado por ser virgen mientras mantiene una relación por internet con una hermosa chica que vive a unos cuantos estados lejos del suyo. Pero la suerte de Ian cambia cuando su cybernovia le propone, al fín, conocerse “un poco mejor”. Como ella vive lejos, no se le ocurre otra idea mejor que la de robar el coche a su hermano mayor, Rex, para fugarse con su amigo Lance (Clarke Duke), un chico más salido que el pico de una plancha y también de su amiga de la infancia Felicia (curioso nombre, ¿casualidad?) que acaba juntándose con los dos chicos por accidente. Así es como empieza el viaje de Ian hacia la pérdida de su virginidad. Un viaje lleno de excéntricos personajes y situaciones de lo más inverosímiles que les enseñará el auténtico significado del amor, algo muy profundo que encontramos cuando menos lo esperamos.
La versión normal de la película contiene lo que uno cabe de esperar de éste tipo de comedias. Muchos personajes disparatados, chicas bonitas con sugerentes escotes, diálogos de carácter sexual o con muchas palabrotas y todo eso acompañado de música rock y punk sonando de fondo. La versión sin clasificar, en cambio, digamos que amplia algunos de esos elementos a un nivel descomunal. Por poner ejemplos, en la versión normal podemos ver una escena de diálogo en el que no sucede nada fuera de lo común y en cambio, en la Unrated, en esa misma escena, han añadido (con técnicas de croma) a un grupo de mujeres “en pelotas” posando en el fondo del lugar donde ocurre la escena sin ninguna intención concreta. Digamos que la versión friki, es realmente para frikis. Han añadido muchos pechos paseándose por la pantalla cuando uno menos se lo espera e incluso hay un momento (esto se considera spoiler pero es para que os hagáis una idea), en el que otra escena de dialogo ha sido modificada conservando el mismo sonido, pero intercambiando la secuencia por la imagen de un pene en primer plano que nada tiene que ver, con una duración de unos treinta segundos de reloj. Viendo “eso”, uno no puede evitar sentirse algo... incómodo. Es como si un aficionado al montaje cogiera una película e hiciera una edición “personalizada” de ella. A su favor hay que decir que han añadido tomas falsas en el metraje, haciendo de ellos algunos de los momentos más graciosos de la película.
El reparto de jóvenes protagonistas es desconocido para el público español y la única referencia de ellos son varias apariciones en series como CSI, Kyle XY o películas para televisión. El rostro más conocido para muchos será el de Seth Green, por su papel en la serie Buffy Cazavampiros y apariciones en multitud de series y películas, además de ser la voz original de Chris Griffin en Padre de Família. En Sex Drive, Green interpreta a un curioso Amish que sabe mucho de la vida moderna, haciendo reír en más de una ocasión. Y por último, James Marsden cierra el círculo de principales como Rex, el bruto y chulo hermano mayor, con una magnífica interpretación que nada tiene que ver con su papel de apuesto Príncipe Edwards en la auto parodia de las películas de Disney, Encantada.
En general, Sex Drive es una película que puede gustar a mucha gente. Y volviendo al principio, en referencia a que algunas comedias de éste grotesco estilo pueden ser diferentes, pienso que Sex Drive tiene algo especial en comparación a otras y es que, sus personajes tienen una buena química entre ellos y ésta es transmitida al espectador de forma tan positiva, que te hace interesar por la historia hasta su final. Da igual si lo que ves es lo más idiota del mundo y es obvio que no tiene importantes mensajes morales o nos hará debatir éticamente sobre ella tras su visionado, pero es una comedia y ha sido filmada para hacer reír. Personalmente, aprecio más éste tipo de comedias, ya que por lo menos están bien hechas, que no las mil y una “No sé qué MOVIE” que estrenan por lo menos una vez al mes. Virgen a los 40, Lío Embarazoso, etc. son buenas comedias. Olvidables, chorras y sexualmente ofensivas, pero más de uno que dice odiarlas, se ríe cuando ve una. Pienso que por un simple motivo: A todos nos gusta reír.

Cine versus literatura


Hace pocos días me vino a la mente a raiz de un comentario la extraña y a veces recurrente idea de que aquellas personas que se autodenominan como “amantes del cine” no comparten sin embargo el mismo entusiasmo por la literatura en general. ¿Es eso cierto? La idea me hace cavilar, sólo un breve instante, y decido como excusa escribir un brevísimo artículo, donde con unos pocos ejemplos, se pueda hacer un recordatorio de lo que ha sido y es la literatura con respecto al cine. La generalización es inútil, porque la “literatura basura”, como la comida y el cine basura, abunda por igual.
El escritor Graham Greene decidió escribir la novela de su conocida obra El tercer hombre antes de poder enfrentarse de forma coherente con el guión cinematográfico de la película protagonizada por Orson Welles a finales de los años cuarenta. Greene reelaboró y co-escribió el guión junto a Alexander Korda. Al escritor la película le gustó más que la novela, incluído su final, que difería de la novela. Hoy día El tercer hombre es considerado un clásico de la literatura.
¿Hay alguien que al leer la novela de Mario Puzzo, El Padrino, sea capaz de no pensar en Marlon Brando cuando se menciona al gran jefe? Esta novela que nos habla de una familia perteneciente a la mafia siciliana y que está asentada en Nueva York, fue publicada en una de las grandes editoriales de Norteamérica. La novela de Puzzo y su Corleone parecen estar ya para siempre unidos a la imagen que del personaje nos mostró el actor Marlon Brando, y en la memoria de quienes recuerdan el film de Coppola, nadie puede dejar de ver a Al Paccino en el papel de Michael Corleone. Ambas aproximaciones a la historia de los Corleone van cogidas de la mano.
El éxito de Navokov con su obra Lolita tiene algo que ver con la adaptación cinematográfica que llevó a cabo Stanley Kubrick en 1962, cuyo guión desarrolló también el propio escritor. A Navokov la película le gustó, parece ser, aunque muchos otros dijeran que el film estaba muy por debajo de la obra literaria.
Elia Kazan llevó al celuloide por vez primera la obra teatral Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, escritor influido por Faulkner, de alargada prosa y densa y meticulosa carga emocional. La película de Kazan ha grabado en nuestras retinas la imborrable pincelada visual de Marlon Brando y Vivien Leigh.
Si bien el tratamiento difiere, ya que son dos medios distintos, la gran obra maestra de Stanley Kubrick, 2001, una odisea del espacio, sufrió un proceso a la inversa, esto es, el guión precedió a la novela. Arthur C. Clarck empezó a escribir la novela tras haber realizado la primera escritura del guión. El mismo guión fue modificándose a medida que la película tomaba forma, y Clarck hizo uso de todo el material que había para concluir su novela, sin que la película viera aún la luz. Este último es un claro ejemplo de la simbiosis a la que se puede llegar en el tratamiento literario de la obra filmada, y viceversa.
Cada vez más los escritores modernos parecen desarrollar sus novelas pensando que éstas puedan ser trasladadas a la gran pantalla. A bote pronto pienso en Dan Simmons, que me parece un gran narrador, y al mismo tiempo yo diría que es un escritor muy cinematográfico. Creo que la obra literaria pueda verse más afectada en el trasunto conciliador de ambos medios. No digo que tanto la literatura como el cine deban prostituirse, pero lo que sí está claro es que nunca, que yo sepa, ha sido algo definitorio el ser amante de una cosa para no serla de la otra al unísono, y de más cosas, evidentemente. Con la excepción del fenómeno “gafapasta” como se dice, y como se “mal dice”, pero eso nos llevaría ahora por otros derroteros. El pensamiento exclusivista lleva a algunas personas a renegar del cine, o parte de él, porque lo consideran un subgénero, tal vez por encima del injustamente despreciado “subgénero del cómic, o novela gráfica, como se denomina ahora”
Para terminar, te recomiendo a ti lector que veas la película Barton Fink, película estadounidense rodada por Joel y Ethan Coen en 1991. La película nos sitúa en Los Ángeles de 1941, allí un joven escritor intelectual deberá escribir un guión para una película de Hollywood, pero no consigue terminarlo, porque sufre una desastrosa e inoportuna sequía creativa.

martes, 17 de febrero de 2009

Slumdog Millionaire


Entre tanta basura no es raro que asome la cabeza alguna que otra rata descuidada, anónima, una más entre tantas, y acabe encerrada en una ratonera de por vida. Jamal Malik (Ayuso Mahesh Khedekar) es un pobrísimo niño que vive en los suburbios de Bombay, un “slumdog”, como llaman a los desgraciados que pululan por los vastos basureros que circundan una de las grandes ciudades de la India, que se enamora y lucha por sobrevivir. Entre la basura se hace complicado y más cuando los niños parecen no ser más que sucias cucarachas que corretean alocadas de aquí para allá, sin rumbo ni fin. Es muy duro contemplar estas imágenes y no sentirse culpable cuando uno piensa que muchos no tienen apenas nada con qué vivir. Si el director británico Danny Boyle hubiera decidido acompasar el torbellino de imágenes por entre los grandísimos estercoleros con un violín de fondo, supongo que habríamos echado a llorar más de uno, pero no ha sido así. La fábula de Boyle hace un abusivo, pero agradecido, uso de la música rítmica, alegre y efectista, que parece estar voceando a los críos “¡corred, corred, que os pillan!” Esto parece ser algo característico en la obra de Boyle, no en vano el magistral comienzo de Trainspotting hacía uso del trepidante tema Lust for Life de Iggy Pop.
Un día el joven Jamal (Dev Patel), el que fue niño, se apunta a la versión hindú del famoso concurso ¿Quieres ser millonario? Jamal descubre que la basura no sólo está en los marginales barriuchos de la gran ciudad, sino que embrutece también a las clases privilegiadas, en este caso, a aquellos que se mueven en el negocio de la televisión. Cuando Jamal responde con acierto una y otra vez a las preguntas del concurso acaba siendo sospechoso, y por ello mismo, sin comerlo ni beberlo, es detenido e interrogado de forma abusiva por la policía. El joven hindú ha tenido que ser siempre el mejor para sobrevivir, o por lo menos ser el que más corre, y ahora se enfrenta al reto de su vida, que le cambiará diametralmente la vida, y podrá devolverle al amor perdido. El pueblo lo admira, lo empuja, y desea con entusiasta fervor que gane el concurso, para que pueda escapar de la inmundicia física que los rodea. Y que si no todos, que por lo menos uno pueda escapar, como si de una Cenicienta moderna se tratara.
La película ha ganado recientemente el Globo de Oro a mejor película dramática, director, guión, y mejor banda sonora. Y ahora se le vienen encima los Oscar con diez nominaciones. La película merece el reconocimiento, para tener un argumento a priori tan sencillo, es muy buena; parece que Danny Boyle se mueve bien entre la inmundicia, como hiciera aquella primera vez con Trainspotting. Al respecto recuerdo una escena en la que el personaje que interpretaba Ewan McGregor se zambullía en un sucio inodoro, y que parece tener ciertas similitudes con uno de los momentos más apestosos y graciosos de Slumdog Millionaire.
No tengo muy claro que el film de Danny Boyle sea una crítica social, pero desde luego si tú consigues por un momento no quedarte embelesado por las muchas ramas que conforman el bosque, podrás sin ningún problema adivinar eso mismo, que detrás se oculta verdaderamente un bosque muy sombrío.

Un Chihuahua en Beverly Hills


Cierto es que con los precios -abusivos- de las entradas de cine, uno tenga preferencias y un criterio más selectivo al realizar una elección ante la cartelera de un cine y es que seguramente, la nueva história de Disney protagonizada por perros que se estrenó hace poco en nuestro país, tendrá más reconocimiento como regalo en dvd para los más pequeños de la casa que como una posible nominación al oscar, pero no se engañen, eso no significa que sea una mala película.
Chloe (doblada por Drew Barrymore) y Papi son dos chihuahuas de dos mundos totalmente opuestos. Ella es una perrita rica llena de comodidades y lujos y él, en cambio, es el perro del jardinero que cuida de las flores de Viv (Jamie Lee Curtis), la dueña de Chloe. Papi en cambio es un chihuahua chulito y travieso, pero está locamente enamorado de la pija Chloe, cual lo ignora por completo. Cuando la sobrina de Viv, Rachel (Piper Perabo), queda al cargo de Chloe por viajes de negocios, ésta decide llevarse de fiesta a la chihuahua y a sus amigas de viaje a Méjico para disfrutar del sol y la playa. Pero el viaje de Rachel se convertirá en una pesadilla cuando descubre que Chloe ha sido secuestrada. Es entonces cuando Papi, su peculiar pero fiel caballero de cuatro patas, emprende un rescate lleno de peligros, nuevos amigos y grandes aventuras por el país de los ricos tacos con chili.

La história de nuestro chihuahua Papi es, aunque para muchos díficil de creer, una película muy entretenida y divertida si se acepta como lo que es, un film de noventa minutos destinado a un público familiar que desea pasar un buen rato y echarse unas risas, viéndo a sus animales favoritos comportándose como personas. Un estilo de guión adaptado de muchas formas pero que siempre funciona con el público al que va dirigido.

A los primeros minutos del comienzo del film, ver la versión canina de Beverly Hills es todo un espectáculo al contemplar la vestimenta y decoración de los animales. Desde vestidos de diseño hasta complementos como gafas, sombreros, guantecitos y hasta zapatos de multitud de colores y formas. Y hago inciso en los zapatos porque, efectivamente, algunos perros de la película incluída nuestra protagonista no andan a cuatro patas, si no a cuatro zapatitos de tacón. Además, especial mención a su peculiar y gracioso modo de transporte ya que en vez de ferraris o mercedes, usan los lujosos 'bolsos' de marca de sus dueñas. Y lo mejor de todo ésto es que no se ha realizado de forma digital. Ya que a excepción de cuando los animales hablan o realizan según que escenas o movimientos que por sí sólos no podrían realizar, el resto se ha hecho con simple adiestramiento real. Aunque he de reconocer en contra que, como amante de los animales, es un crímen a su pobre dignidad...

Lo mejor de la película es su doblaje. Quien la vea en versión original podrá escuchar las voces de Andy García como 'Delgado', un pastor alemán "expulsado" del cuerpo canino de policía que ayudará a la pequeña Chloe; Edward James Olmos (Comandante Adama de Galáctica, para los amigos) como 'Diablo', un feroz y peligroso doberman e incluso al gran tenor Plácido Domingo dando voz a 'Monte', un enigmático chihuahua muy especial.

Sin duda no es de lo mejorcito que ha pasado por las carteleras pero sí la recomiendo como futuro alquiler para la família o para esas tardes de fín de semana cuando no echan nada mejor por televisión. Aunque pocas, tiene escenas muy graciosas, la interpretación de todos los animales está muy bien conseguida y su previsible y ñoña história no engancha pero consigue su principal objetivo: entretener.


Lo mejor: Entretenida y de corta duración para toda la família. El doblaje, ya que con sólo escuchar la voz de Olmos doblando a un perro, uno no puede evitar reír (si sois fans de Galáctica y la veis en V.O.) pero el doblaje castellano es también muy bueno.

Lo peor: Ver a los pobres animales con esas excéntricas vestiduras.


N. del Autor: Por favor, traten a sus animales con respeto y cariño y ni se les ocurra poner ni un calcetín. Tienen su dignidad. Nunca los abandonen ni los maltraten porque los animales, en especial los perros, pueden ser incluso mejores seres que muchas personas en éste mundo tan cruel. Les estarán eternamente agradecidos.

viernes, 13 de febrero de 2009

Estrenos 13/02/09

Empezamos una nueva semana cinematográfica bien cargada de interesantes estrenos. Por desapercibida que pase ante el gran público, el estreno de la semana es el a priori prometedor remake de Viernes 13. Para espectadores menos tolerantes a las ingentes cantidades de sangre, tenemos dos grandes candidatas a los Oscar de este año: Slumdog Millionaire (lo nuevo de Danny Boyle tras su incursión en la ciencia ficción terrorífica) y The Reader (con un estupendo reparto encabezado por Kate Winslet y Ralph Fiennes). La comedia romántica Nick y Norah, la producción hispano-peruana La teta asustada y el falso documental La historia completa de mis fracasos sexuales, completan la oferta semanal.


VIERNES 13 (2009)

Duración: 98 min
Género: Terror
País: Estados Unidos
Director: MARCUS NISPEL
Guionista: DAMIAN SHANNON
Intérpretes: JARED PADALECKI, DEREK MEARS, DANIELLE PANABAKER

SINOPSIS: Remake del clásico de terror Viernes 13. Buscando a su hermana desaparecida, Clay se dirige al espeluznante bosque del legendario Crystal Lake, donde tropieza con los viejos y decrépitos restos de una cabaña que yace detrás de unos árboles cubiertos por denso musgo. Y esto no es lo único que se esconde entre la maleza. En contra del consejo de la policía y las advertencias de los habitantes de la zona, Clay continúa con su búsqueda, ayudado por una joven mujer que ha conocido entre un grupo de jóvenes estudiantes preparados para pasar un emocionante fin de semana. Sin embargo, ellos están a punto de encontrar algo más que no habían tenido en cuenta. Lo que menos se imaginan es que han entrado en el dominio de uno de los más terríficos espectros de la historia del cine americano: Jason Voorhees.

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SLUMDOG MILLIONAIRE

Duración: 120 min
Género: Drama
País: Gran Bretaña
Director: DANNY BOYLE
Guionista: SIMON BEAUFOY
Intérpretes: DEV PATEL, FREIDA PINTO, MADHUR MITTAL

SINOPSIS: Jamal Malik, un joven huérfano que vive en una barriada pobre de Bombay, decide presentarse a la versión india del concurso: "¿Quién quiere ser millonario?". Ante la sorpresa de todos, Jamal responde correctamente a todas y cada una de las preguntas. ¿Cómo es posible que un chico cómo él sea capaz de conocer todas las respuestas? Cuando Jamal está a punto de responder a la última pregunta, la que le hará ganar 20 millones de rupias, la policía lo detiene y se lo lleva para interrogarle. Jamal deberá explicar por qué conocía las respuestas, teniendo que recurrir para ello a relatar diferentes momentos de su vida, que además ayudarán a desvelar la verdadera razón de su participación en el concurso.

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THE READER (EL LECTOR)

Duración: 128 min
Género: Drama
País: Estados Unidos
Director: STEPHEN DALDRY
Guionista: DAVID HARE
Intérpretes: KATE WINSLET, RALPH FIENNES, BRUNO GANZ

SINOPSIS: Cuando cae enfermo en su camino a casa desde el colegio, Michael Berg, un joven de 15 años, es rescatado por Hanna Schmitz, una mujer que le dobla la edad. Ambos comienzan un inesperado y apasionado idilio, hasta que Hanna desaparece inesperadamente. Ocho años después, Michael, convertido en un joven estudiante de derecho, vuelve a encontrarse con su antigua amante mientras está como observador en un tribunal donde se está juzgando a colaboradores de la Alemania Nazi. Hanna está acusada de un horrible crimen, y rechaza defenderse a sí misma. Michael, gradualmente, se va dando cuenta de que el amor de su juventud guarda un secreto que considera aún más vergonzoso que el asesinato.

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NICK & NORAH: UNA NOCHE DE MÚSICA Y AMOR

Duración: 90 min
Género: Comedia, Drama, Romántica
País: Estados Unidos
Director: PETER SOLLET
Guionista: LORENE SCAFARIA
Intérpretes: MICHAEL CERA, KAT DENNINGS, ALEXIS DZIENA

SINOPSIS: Nick O'Leary, que frecuenta los locales de música "indie" de Nueva York con su grupo, acaba de romper con su novia, y ahora apenas es poco más que un joven sensible que toca el bajo y que tiene el corazón roto. Una noche, una chica le pedirá que finja ser su novio para evitar a una antigua pareja. Así conocerá a Norah Silverberg, con quien no parece tener nada en común, salvo su gusto por el mismo tipo de música. Juntos se embarcarán en una noche llena de aventuras.


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LA TETA ASUSTADA

Duración: 94 min
Género: Drama
País: España y Perú
Director: Claudia Llosa
Guionista: Claudia Llosa
Inérpretes: MAGALY SOLIER, SUSI SÁNCHEZ, MARINO BALLÓN

SINOPSIS: Fausta padece de "La teta asustada", una enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres maltratadas durante la época del terrorismo en el Perú. Los infectados nacen sin alma, porque del susto se escondió en la tierra, y cargan un terror atávico que les aísla por completo. Pero Fausta esconde algo más; guarda un secreto que no quiere revelar, hasta que la súbita muerte de su madre desencadenará hechos inesperados que transformarán su vida y la de otros


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LA HISTORIA COMPLETA DE MIS FRACASOS SEXUALES

Duración: 89 min
Género: Documental, comedia
País: Reino Unido
Director: Chris Waitt
Guión: Chris Waitt y Henry Trotter
Intérpretes: Chris Waitt, Hilary Waitt, Alexandra Boyarskaya

SINOPSIS: El realizador Chris Waitt decidió un día que algo tenía que cambiar en su desastrosa vida sentimental. Todas sus parejas le han abandonado y por las vías más diversas; teléfono, correo electrónico, mensaje en el contestador. Una de ellas incluso escribió un libro en el que al personaje del novio le asesinaban brutalmente. Para conseguir su objetivo y tener por una vez una relación satisfactoria con una buena chica, debía escrutar primero las causas de precipitaron el final de sus anteriores tentativas. Primero, habrá que realizar un listado con todas sus antiguas novias. Después, tendrá que localizarlas, una a una, en un trabajo casi detectivesco. Chris les propondrá entrevistarlas para el documental pero, como cabría esperar, muchas de ellas rechazan telefónicamente la extravagante proposición. Finalmente, consigue que algunas de ellas acepten el encuentro.


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lunes, 9 de febrero de 2009

El Curioso Caso de Benjamin Button (Crítica 2)


Llegará un día, dentro de mucho tiempo, en el que alguien mucho más joven que vosotros os preguntará: “¿Quién es Benjamin Button?”. Será entonces cuando esbozaréis una sonrisa de puro orgullo y contestaréis: “Yo estuve ahí. Yo estuve ahí el día en que Benjamin nos contó su historia por primera vez”. Iréis a buscar corriendo vuestro DVD, o Blu-Ray, o cualquiera que sea el formato que entonces se use y os sentaréis con él a disfrutar, una vez más, de la memorable historia de Benjamin Button. Pero vuestra atención se desviará con facilidad de la pantalla para centraros en el rostro de ese pequeño mientras contempla embelesado la película. En sus facciones reconoceréis todos los sentimientos transmitidos por la historia, el cariño hacia Benjamin, el amor entre Benjamin y Daisy, la impotencia frente al imbatible destino, y recordaréis todo lo que sentisteis muchos añas atrás, cuando la luz se desvaneció de la sala, y con ella cualquier cosa que no estuviera relacionada con el curioso caso de ese hombre llamado Benjamin Button. La magia del cine brilla con todo su esplendor en esta nueva obra del no menos brillante David Fincher, a día de hoy uno de los directores con un currículum más ejemplar. Benjamin Button es la bofetada que todos los espectadores nos merecíamos por haber asumido que el cine es únicamente mero entretenimiento, una bofetada que nos devuelve a la orígenes del cine y que nos recuerda que un día Hollywood fue conocida como la Fábrica de Sueños. Porque de sueño se puede calificar a esta cinta, un sueño de puro realismo mágico, en el que todos los detalles están cuidados al milímetro, todas las emociones y reacciones perfectamente estudiadas, conformando una realidad tal que la imposibilidad de la enfermedad de Benjamin siquiera asoma.

Minuto a minuto, la cinta transcurre a un ritmo exagerada y deliberadamente lento, como año a año transcurren las propias vidas que retrata. No hay lugar aquí para golpes de efecto, giros de guión ni subidas de ritmo innecesarias. Y no nos importa, puesto que lo único que deseamos es seguir en compañía del entrañable Benjamin durante todos los años que nos sea posible. Y es que, sin ningún género de duda, el personaje interpretado con brillantez por Brad Pitt ha pasado ya mismo y por derecho propio a la historia del cine. Y aunque su sola presencia ya bastaría para llenar de forma satisfactoria las cerca de 3 horas de metraje, su vida, como la de cualquiera de nosotros, se entrecruza en compleja maraña con las de muchos otros personajes singulares, que aún apareciendo durante escasos minutos reales están tan bien caracterizados que al acabar la película tenemos la sensación de que los conocemos mucho más que a los protagonistas de la mayoría de películas que podamos haber visto antes. Entre todos los personajes que acompañan a Benjamin en su largo recorrido vital destaca, por supuesto, Daisy Williams, no ya sólo por su importancia en la historia, sino por la aplastante interpretación de una Cate Blanchett que con su feérica belleza y su omnipotente presencia te deja literalmente congelado en la butaca.

El mundo gira bajo Benjamin Button, rejuveneciendo mientras todos a su alrededor envejecen. El peso del envejecimiento cae sobre nosotros mientras contemplamos como aquellos que un día estuvieron llenos de vitalidad y hermosura ceden sin opción al peso de la edad. Y es cuando nos damos cuenta que el destino de Benjamin es, a fin de cuentas, el mismo que el de todos nosotros, que tampoco él se libra del paso del tiempo, por mucho que sus manecillas sigan girando hacia atrás. A partir de este instante se desmontan por completa todos los esquemas narrativos mantenidos hasta el momento y la cinta se precipita frenéticamente, escena a escena, año a año, hacia ese ineludible destino final, alcanzando una intensidad dramática desorbitante. No hay tregua. No hay compasión. No hay tiempo apenas para asimilarlo. Cuando se encienden las luces necesitamos esos minutos de asimilación antes de poder levantarnos. Para poder asimilar todas esas vidas. Para poder asimilar todas esas muertes. Y para poder asimilar, y celebrar, que el cine sigue siendo una mágica fábrica de sueños, y mientras los sueños no tengan fin, el camino será ilimitado.

Ficha IMDB

domingo, 8 de febrero de 2009

El curioso caso de Benjamin Button (Crítica 1)


La mirada de alguien que ve el mundo del revés y se empecina en no encerrarse en obtusos convencionalismos nos fascina. El director David Fincher, nos lleva de la mano a lo largo de ciento sesenta y siete minutos en los que se nos narra la curiosa vida de Benjamin Button, un hombre que le lleva la contraria al imparable tiempo, rejuveneciendo con el paso de los años. La nueva película del director norteamericano es un asombro, una maravillosa meditación sobre la muerte; la mirada de Benjamin Button es la extraordinaria y melancólica contemplación de la futilidad de las preocupaciones que nos asaltan a lo largo de nuestra corta existencia. A veces aterradora la película me ha parecido más una oda a la insignificancia, la “pequeñez” de los compromisos y relaciones entre las personas que se quieren o se aman, que una poesía a la vida en sí. No te engaño, yo no digo que esté del todo de acuerdo con el escritor F. Scott Fitzgerald, cuya obra ha adaptado el guionista Eric Roth, de hecho creo no estarlo, y tampoco quiero caer en el melodrama cuando conscientemente pienso en lo agridulce que resulta en ocasiones la vida. La vida de Benjamin Button es la vida despojada de ruido, la síntesis profunda de aquellos momentos que, encadenados, han conformado el lienzo vital de su existencia. El amor de Benjamin Button, un desconocido Brad Pitt, por Daisy, una siempre excelente Cate Blanchett, nos habla precisamente de la algo deprimente finitud de las cosas, porque uno desearía detener el tiempo y perpetuar aquellos momentos en los que somos más felices, y son precisamente esos momentos los que pasan luego a ser los recuerdos del futuro; recuerdos en los que hallamos refugio cuando la vida nos golpea. La idea de dos personas que se aman y cuyas vidas discurren por separado magnifica el amor de ambos, lo hace trágico, sí, pero es que incluso cuando no es así y seguimos la historia con una sonrisa en la cara, la película tiene que darnos un toque de atención y obligarnos a pensar eso de que “lo que Dios nos da, Dios nos lo quita”, porque de nada sirve aferrarse a algo finito; el tiempo en su más grotesca ironía puede incluso borrar esos recuerdos, una de las mayores jugarretas del correr del tiempo. Benjamin Button encarna por la curiosa anomalía que padece la expresión pura del paso de los años. Uno siempre está a tiempo de cambiar su vida, de volver a empezar, de descubrir cosas nuevas, todo cambia, nada perdura, todo perece.
Esta película es exuberantemente lírica, técnicamente se funde a la perfección con la tranquila narrativa de Fincher. Nada de movimientos de cámara imposibles sobre escenarios digitales a los que nos tiene acostumbrado este interesantísimo director. Los efectos especiales me han parecido sorprendentes de puro invisibles. Algunas de las secuencias son memorables, los momentos, como en la vida misma de Button, son muchos, y se van hilvanando a lo largo de la historia de modo que abandonamos la sala agradecidos por tan espléndidos recuerdos, olvidándonos del "ruido" inadvertido, tal vez un metraje algo excesivo para quienes han disfrutado menos con la nueva fábula de Fincher.

miércoles, 4 de febrero de 2009

La duda


Mientras veía La duda no podía evitar pensar en Sor Carmen, una monja que, siendo yo un retaco, decidió estirarme las orejas hasta hacerlas sangrar, literalmente. Allí, suspendido de las orejas, mis amiguitos contemplaban inquietos. La muy bruja no consiguió que luego, más adulto, pasara a ser un llorón quejoso sin criterio, ni siquiera tras un encuentro tan desafortunado. Y en fin, que la actriz norteamericana Meryl Streep me recuerda a la monja en cuestión, y yo diría que a mi madre también, sobre todo físicamente. La hermana Aloysius Beauvier es muy dura, es inflexible, es de las que creen que una férrea disciplina desde la más tierna infancia es la mejor manera de llevar a los retoños por el buen camino. Pero en este colegio católico del Bronx se ha colado un intruso, un carismático sacerdote, el padre Flynn, encarnado por el actor Philip Seymour Hoffman, que no comparte aquello de “la letra con sangre entra”. La hermana Beauvier comenzará una cruzada personal contra el sacerdote cuando sospeche que éste ha abusado del nuevo alumno, Donald Millar; un niño negro que ve en el padre Flynn un protector capaz de tratarlo con afecto. Tanto Meryl Streep como Philip Seymour Hoffman realizan un trabajo espléndido, y en general, yo diría que no hay ningún secundario que desmerezca las brillantes actuaciones de los primeros, en especial Amy Adams, la tímida hermana James.
La película está basada en una obra ganadora del Premio Pullitzer y de un Premio Toni en su adaptación teatral. El director John Patrick Shanley
realiza un encomiable trabajo, la película parte de una historia muy sencilla, pero lo suficientemente jugosa como para hincarle el diente y hacer de la obra una película. La duda trata sobre todo del estado de incertidumbre en el que nos hallamos sumidos en numerosas ocasiones, cuando somos incapaces de hablar de la “verdad de un hecho”. Dudar nos puede llevar a la inacción ante la falta de certeza, pero en contadas ocasiones uno cree que a falta de ella, y dadas unas determinadas circunstancias, deberíamos “mojarnos” y entrar en acción. Se dice que en tiempos de crísis es mejor tener un líder que tome decisiones expeditivas sin el apoyo de la certeza, que uno que siga las más estrictas precauciones ante la duda. La hermana Beauvier pertenece a la primera clase, quien careciendo de pruebas, y guiándose de la intuición, es capaz de luchar fieramente por expulsar al padre Flyn. Un interesante debate que nos hará oscilar entre uno y otro a lo largo del metraje. La duda es una propuesta sobria, madura, y que da que pensar, al menos un rato, que no hace daño a nadie.

martes, 3 de febrero de 2009

Valkiria


Después de la por completo decepcionante Superman Returns, Bryan Singer retoma el pulso de anteriores trabajos y nos vuelve a brindar un excelente thriller a la altura de sus ya demostradas cualidades. Thriller. Según el Pocket Oxford Spanish Dictionary, thriller significa misterio o suspense. Y si de algo debería carecer la adaptación cinematográfica de un suceso histórico, y más tan reciente como el que se trata en esta ocasión, eso sería precisamente misterio o suspense. La operación Valkiria, eje central de la película de mismo nombre, fue el último intento conocido de acabar con la vida de Hitler y tuvo lugar en el verano de 1944. Ergo, desde antes incluso de sentarnos en la butaca del cine, ya sabemos que el plan fracasó, y aunque puede que no sepamos todavía cómo acabaron exactamente sus protagonistas, nos podemos hacer una idea bastante clara. Pues bien, todo lo comentado hasta aquí, no sirve absolutamente de nada. En cuanto se apagan las luces y comienza a rodar la cinta, nos vemos sumergidos completamente en la épica y ejemplar historia que nos propone Singer, haciéndonos olvidar todo lo que sabemos al respecto más allá de lo que sucede en cada momento ante nosotros. Cada vez que la resistencia planea una estrategia para acabar con Hitler empezamos a notar cierta esperanza de que pueda salir bien y de que Europa se acabará librando de semejante monstruo. Mientras dichos planes comienzan a desarrollarse, acompañamos a los héroes con miedo incluso a respirar a sabiendas de que la más mínima indiscreción podría acabar con toda esperanza de éxito. Todas las piezas van encajando casi, casi, a la perfección e incluso podemos llegar a pensar que todo lo que sabíamos era una mentira, que estábamos equivocados, que Alemania se alzó contra Hitler en ese verano del ’44 acabando así con la amenaza del nazismo. Casi. Por supuesto, todo acaba desmoronándose. Bryan Singer nos lleva con mano maestra por este emocionante y épico homenaje a todas esas personas que, sin tener nada que perder bajo la égida del tirano, decidieron sacrificar sus vidas para construir una nación regida por la libertad. Un homenaje servido a su vez bajo la forma de una película de entretenimiento puro, espectacular cuando debe serlo, llena de suspense y de situaciones que estiran la tensión hasta límites extremos, y que te mantiene en vilo hasta el último fotograma. Por una vez, lo que importa es todo, y no sólo un final inesperado como viene siendo norma en el género de un tiempo a esta parte. Sin embargo, si algo se le puede achacar a la película es quizá la falta de interpretaciones apabullantes que acabaran de conformar un producto redondo. Todos los actores cumplen con sus papeles, e incluso Tom Cruise como el coronel Stauffenberg resulta convincente, pero por lo general carecen de la fuerza necesaria para dejarte embelesado con su actuación, especialmente un Adolf Hitler muy lejos de la magistral e inolvidable interpretación de Bruno Ganz en El Hundimiento. Mientras todavía degustamos la última obra de Mendes y ya se nos hace la boca agua sólo de pensar en lo que ya mismo se nos echa encima de Fincher y Boyle, la Valkiria de Singer resulta un excelente entremés que nos hace desear que este director nos siga deleitando en el futuro con cintas de acción tan elegantemente dirigidas como hasta el momento.