miércoles, 25 de febrero de 2009

Viernes 13 (2009)


La saga de Viernes 13 nunca ha disfrutado del afecto de la crítica e incluso de un sector importante de los seguidores del terror y el fantástico. Mientras películas como La Matanza de Texas o La Noche de Halloween son consideradas clásicos indiscutibles del género de terror, a Viernes 13 se le consideró ya desde un principio como un mero producto para explotar el éxito de anteriores películas. Sin duda, de no haber sido por sus continuaciones y la posterior aparición del personaje de Jason, esa primera Viernes 13 hubiera quedado rápidamente relegada al olvido. Pero no fue así. La incorporación de esa mastodóntica máquina de matar que es Jason Voorhees le dio alas a la franquicia, que pasó a convertirse en la saga fílmica de terror con mayor número de entregas gracias al apoyo incondicional de los seguidores del legendario asesino. Ahora, pasados casi 30 años desde esa primera visita a Crystal Lake, los productores han decidido que era el mejor momento para volver a empezar la historia de nuevo. Podríamos hablar horas y horas sobre el concepto del remake, pero no es éste el lugar ni el momento adecuado. Además, y en contra de lo que nos sugiere el mismo título, no nos encontramos ante un remake propiamente dicho de la película Viernes 13 original, datada en 1980, sino que lo que nos presenta esta nueva revisión es un batiburrillo de situaciones y detalles escogidos principalmente de entre las tres primeras entregas de la saga original.

Entrando ya de lleno en el tema, ¿Es Viernes 13 (2009) una buena película? No, no lo es. Casi me atrevería a decir que ni siquiera es una buena película de terror, a pesar de los más que acertados 20 primeros minutos de metraje. Al igual que pasó con la mayor parte de este tipo de interminables sagas, la de Viernes 13 no tardó en caer en la más absoluta mediocridad en cada una de las nuevas entregas, llegando a límites surrealistas en las últimas apariciones de Jason en pantalla, Jason X y Freddy vs Jason. Sin llegar a estos límites de mediocridad, el actual remake recupera las señas de identidad que definieron la saga durante toda la década de los 80 y prácticamente no las pasa por ningún filtro de actualidad más allá de situar la acción en nuestros tiempos. Así pues, nos encontramos con una cinta de terror slasher netamente clásica y ochentera en la que el número de víctimas supera la docena (en contraste con muchas slasher actuales en las que hay cuatro o cinco víctimas), la metodología asesina es ciertamente variada, aunque por supuesto prima el famoso machete, la sangre no salpica en exceso y no se abusa del elemento gore ni del sufrimiento de las víctimas (tan de boga últimamente a partir de la saga Saw), hay mucha tía buena mostrando sus cuerpazos en todo su esplendor a la espera de ser ensartadas por el arma de Jason, y hay personajes idiotas que no dudan ni por un momento en salir de la cabaña sabiendo que hay una máquina de matar ahí fuera. Aunque en este sentido la película es, en cierta forma, entrañable y sin ninguna duda divertida, no deja de ser, por otro lado, también decepcionante. Los trailers, posters y demás avances promocionales que nos habían llegado previamente al estreno nos hacían augurar que el regreso de Jason iba a transcurrir por unos derroteros mucho más oscuros que los presentes en la saga original, acercándose más a sagas menos desenfadadas como Halloween o La Matanza de Texas. Sin embargo, ese esperado lavado de cara sólo tiene lugar durante los ya mencionados primeros 20 minutos, sin duda lo mejor de toda la película, y que en realidad puede considerarse casi como un cortometraje independiente. En ese corto fragmento sí que predomina ese necesario toque oscuro y realmente terrorífico, y nos mantenemos en tensión en todo momento sabiendo que Jason va a aparecer en cualquier momento, de cualquier sombra. Y cuando lo hace, lo hace de forma imponente. Le vemos, y sabemos al instante que nadie puede sobrevivir a su presencia. Lamentablemente, a partir de la aparición del título tras esta prometedora secuencia inicial, la cinta cae en el terreno del terror desenfadado, plagada de situaciones inverosímiles, con personajes sin la más mínima personalidad y capaces sólo de articular diálogos absurdos. Por tanto, esta nueva entrega de Viernes 13 es sólo recomendable para todos los seguidores de la saga y del slasher socarrón en general, para todos aquellos que cansados de los derroteros que ha tomado en los últimos años el género terrorífico estuvieran esperando una vuelta a las raíces de un género que no hace tanto fue increíblemente popular, para aquellos que piensan que cuando uno va a ver una cinta de asesinos va a pasárselo bien y a divertirse viendo morir a descerebrados e hiperhormonados adolescentes.

Ficha IMDB

No hay comentarios: