jueves, 2 de abril de 2009

A ciegas (Blindness)


Adaptación del popular libro de José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera”, la última obra de Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) nos trae la historia de una sociedad que paulatinamente ve como cada uno de sus miembros, sin solución, va quedándose ciego de una forma inhabitual, abrumados por una blancura absoluta. La historia se centra en la supervivencia de un grupo heterogéneo de personas comunes, con el único lazo de unión de haber sido las primeras en haberse quedado ciegas, por lo serán recluidas en una institución psiquiátrica abandonada, con la imperiosa necesidad de adaptarse a su nueva situación con la merma del sentido en el que más confía el ser humano, la vista. Ciertamente se trata de una premisa muy interesante para poder desarrollar la evolución y el devenir diario de los mismos, que el director maneja con un ritmo pausado, adecuándolo al interés del espectador pero que desemboca en un final precipitado y poco desarrollado.

Esta reflexión sobre la condición humana, profunda e impactante en su versión homónima, llega al espectador de manera tamizada, con menos fuerza pero con igual impacto. Es difícil que al acabar de ver esta película cada uno no se pregunte de que pasta está formado el ser humano, capaz de soportar los mayores desagravios, vejaciones y humillaciones, y al mismo tiempo ofrecer una solidaridad y empatía inacabable. Mucha de la culpa de esta sensación final hay que agradecérsela al plantel de actores, encabezados por una fantástica Julianne Moore, que le dota de verosimilitud a cada escena nos identifica con la situación de unas personas normales que de repente se tienen que adaptar a una nueva condición personal en un mundo que ha suprimido cada una de las reglas morales establecidas en pos de la supervivencia de cada uno de sus habitantes.

Es destacable el trabajo de adaptación de una obra tan difícil y personal, con algunos apartados más discutibles como el abuso de los blancos y el exceso de luminosidad, que llegan a resultar incluso molestos, y la demasiado recurrente voz en off, recurso sobre explotado en el cine americano que apuesta por desmenuzarnos y entregarnos cada mensaje en una bandeja de plata, en vez de permitirnos masticarlo personalmente y sacar todo su jugo. Fernando Meirelles nos brinda una obra cerrada y sólida, pero falta de fuerza y profundidad, que tanto puede impactarnos en lo más recóndito de nuestra conciencia como dejarnos indiferentes al respecto, al gusto de la predisposición del consumidor. Ojalá hubiéramos podido ver la primera versión de la película, rechazada por su dureza y efecto en los espectadores y descubrir si es cierto que cada vez más queremos mantener a nuestras conciencias vírgenes de la realidad, posible, e incluso probable.

En resumen, se trata de una obra firme pero no redonda, que seguramente guste a los que no hayan leído el libro original y decepcione un poco a los que sí. Si se puede hacer una recomendación, id a ver antes la película y a continuación leed el libro, como en cualquier adaptación literaria podríamos decir.

4 comentarios:

Dead Mad Joker dijo...

Welcome aboard! :)

John dijo...

Es posible que en un futuro editen la versión del director u otra a la proyectada en cines y así quizás, mejore la calidad de la película. A mi me gustó muchísimo, pero es cierto que no deja a uno con la boca abierta o estupefacto por lo que ha estado viendo durante las dos horas de duración. Aún así, recomiendo su visionado.

Diego dijo...

A mí me decepcionó mucho A Ciegas. Me parece también falta de garra.

Por cierto, ¡no os perdáis Señales del Futuro!

Dead Mad Joker dijo...

Yo ya he visto Señales del Futuro y me gustó bastante; en breve subiré la crítica ;)